CRÍTICA Y ERROR

El hábito de criticar abiertamente los defectos y debilidades de los demás o los errores, es sumamente perjudicial para las relaciones, pero es susceptible al cambio.

Como sucede con cualquier hábito, la clave para vencerlo consiste en reforzar la conciencia de la existencia. Un hábito sobrevive porque forma parte de las cosas que se hacen sin darse cuenta. Para evitarlo, enfoque su crítica hacia la crítica misma.

Primero, descúbrase, con la mayor frecuencia posible, criticando mentalmente a la gente. Note lo desagradable que es ese sentimiento, advierta la decepción, el resentimiento, el disgusto que experimenta. Reconozca que su evaluación puede ser correcta pero que la crítica ininterrumpida no hace bien a nadie. En vez de continuar con esa tendencia, respire hondo, relájese e inmediatamente desplace su atención hacia un aspecto positivo de la persona criticada o hacia una ocasión en que ha realizado algo correctamente. Recuerde y reviva los buenos sentimientos hacia esa persona y niéguese a estimular los pensamientos críticos.

Pregúntese qué beneficio le reporta su naturaleza hipercrítica en comparación con lo que le cuesta. Está sufriendo innecesariamente.

Si le parece que debe hacer una crítica y que es legítima y constructiva, bien, exprésela. Pero no destruya sus relaciones por su preocupación de lo que está mal. Con esfuerzo, después de un tiempo resulta fácil concentrar su atención en lo que está bien. Se trata de dirigir la atención hacia las buenas cualidades de cada uno.

Recuérdese que el credo del perfeccionista se basa en postulados falsos . Una vida sin errores no es necesaria ni posible, y tampoco deseable. No es necesario saberlo todo o desempeñarse según unas normas míticas para ser alguien valorado, amado y feliz.

¿Quién dice que no se deben cometer errores?¿O que cometer errores demuestra que algo no anda bien?¿Quién dice que el valor de una persona depende de lo perfecta que sea?

Las decisiones y los compromisos conllevan el riesgo de equivocarse. Para los perfeccionistas, equivocarse es una amenaza a la esencia misma de su imagen. Eso no quiere decir que todos reaccionen de la misma manera para tomar cualquier decisión, o que actúen igual en todo momento.

En lo que sí podemos pensar, como ya nos han enseñado, es que el ser humano que tiene éxito en la vida  es aquél que se enfrenta a los inconvenientes que el que no tiene éxito nunca se enfrenta, luego lo importante es tomar decisiones y llevarlas a cabo y así aprenderemos de nuestra propia experiencia ya vivida.

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